17 de octubre de 2017

MATERNIDAD


Amor cálido de tu corazón al mio, mientras cobijo en mi alma tus pasos vacilantes al caer la tarde de la vida. Una alfombra de hojas marchitas cubre tu camino que ya quieres recorrer en solitario.
Te escapas y corres para que nadie te atrape.
Has intuido la libertad y vas camino de ella a pesar de tu fragilidad.


Tus inseguros pasos se compenetran con otros pasos seguros que te acompañan en ese afán tuyo de volar cometas por los caminos, mientras en el cielo se dibuja un arco iris de maravillosas posibilidades.
Siempre en la sombra, vigilando, sosteniendo, animando, consolando...
El sonido se esos pasos será el eco que te acompañe siempre llenando de besos tu vida.


Tus pequeñas manos en las suyas, te conducirán a buen puerto librando mil batallas.
Ese lazo entre vuestras manos unidas, será el nuevo cordón umbilical que os una para siempre.
Tus ojos fijos en sus ojos como pájaros voladores surcarán cielos infinitos.
Después, no te olvides de besar sus manos y también su frente, cuando ella lo necesite.