22 de junio de 2009

Amanecer ( capítulo segundo )


Abrió la ventanilla del coche mientras conducia para sentír la brisa de la mañana en su rostro . El áire movia sus cabellos y era como un soplo de vida , como nueva era la vida , del dia recién estrenado .

Solia aprovechar el trayecto de cada mañana para para saborear el estar consigo misma . Amába sus ratos de soledad, no porque los demás le estorbasen, al contrario, le gustaba relacionarse con la gente y era muy querida entre sus amigos . Pero necesitaba de esos momentos a solas, para profundizar en su interior . Las preocupaciones diarias, impiden a veces pensar, la prisa, el rítmo frenético impuesto por la sociedad actuál, era algo , a lo que no se acostumbraba con facilidad .

Quizá los demás la observaban a veces con curiosidad, como se observa y se juzga, lo que és diferente . Miradas severas de gentes amargadas que nunca se atrevieron a ser ellas mismas, y abrazaron el yugo que les imponian las circunstancias de una vida como la de todo el mundo .

Bajó del coche un poco despeinada pero con vitalidad . Saludó a la recepcionista con una sonrisa y apresuró el paso para llegar puntual su trabajo .

Era médico de familia como le gustaba llamarse saboreando las palabras . Habia elegido aquella profesión, porque le gustaba de manera especial . Tenia una enorme capacidad de trabajo y al mismo tiempo, daba la sensación de que cada paciente, era el único que tenia que atender cada mañana . Lo conseguia, ejercitando la paciencia y poniendo una gran humanidad en su trato con los enfermos . Ellos, percibian ese don en ella , y se peleaban por ser sus pacientes .

Apenas, se habia sentado, y la puerta se abrió .

Un rostro muy querido para ella, le sonreia con picardia, dándole los buenos dias efusivamente . Era Alberto, su nueva aventura .

Habia quedado con él para comer y salir por la tarde .

Alberto, era un hombre maduro que reflejaba en su curtído rostro la belleza de la edad . Sus canas, le daban un áire muy interesante y le hacian si cabe más atractivo . Se habia separado de su esposa hacia un par de años y desde entonces, vagaba en soledad por la vida, hasta que se encontró con ella .

Era culto, sensible, simpático, soñador, médico como ella ... ¿ Que más podia pedir ?

Élla opinaba , que las segundas oportunidades, pueden llegar a sér más reconfortantes , incluso que las primeras . Por eso se habia embarcado en aquella relación . Contaba con la experiencia de lo vivido, un factór que hace a las personas más interesantes , si ello no conlleva a ir de vuelta de todo . Junto con la experiencia, pensaba, tiene que ír la capacidad de asombrarse ante lo nuevo , de ser capaz de confiar una vez más .

Muchas inseguridades y muchos miedos , tienen el origen en la falta ilusíon y en el acomodarnos en nuestro propio mundo , sin atrevernos a salir de él .
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