15 de mayo de 2010

RODOLFO

Ayer tuve la suerte de conocer a Rodolfo, una de esas personas especiales que lamentas no haber conocido antes por la huella que deja en ti y la riqueza interior que descubres al hablar con ellas.

De casualidad me enteré que en el Colegio Amor de Dios (mi colegio) hacían una cena solidaria para ayudar a Chile y allí me presenté a las cinco de la tarde para ver de que se trataba.

Nada mas entrar me cole donde estaban preparando una exposición de objetos antiguos de labranza. Pedí permiso para hacer fotografías y como conocen mi afición no tuve muchos problemas. Solo descubrí una mirada que me observaba con curiosidad especial y que su cara no me era conocida. Era Rodolfo.  Me presenté a él y empezamos una conversación donde quería satisfacer todas mis curiosidades.

Me  quede tan impresionada del valor de aquellas piezas allí expuestas que quise saber de donde procedían.
Una vez terminada la tarea de montar las piezas, Rodolfo me invitó a tomar un café. Jesús, un profesor del colegio, le había invitado a colaborar trayendo para la ocasión alguno de sus tesoros. Tambien Jesús, familiar mio, había traído el viejo trillo de su abuelo José, y varios enseres de labranza que guarda como un verdadero tesoro.Como no podía atender a Rodolfo, pues sobre el caía la responsabilidad de organizar y estar pendiente del evento, me pidió le acompañara yo.

Llovía con fuerza cuando salimos y nos refugiamos en un bar cercano. Nuestra conversación giraba en torno a lo mismo"sus viejos tesoros". A los pocos minutos de estar con él, era como si fuéramos viejos amigos por la sintonia afectiva que teniamos al hablarme de su museo.

Tiene una mirada serena, habla despacio, como paladeando lo que dice y una capacidad inmensa de comunicar su entusiasmo por recuperar la memoria de sus antepasados labradores, mimando a estas piezas con especial ternura.


Rodolfo nació en Boadilla del Camino, pero vive en Frómista desde hace tiempo y es donde tiene su museo personal. Como estos pueblos están en la ruta del Camino de Santiago, se cuentan por miles las visitas.

Esta zona se le conoce como" Tierra de Campos" rica por su  agricultura cuando la gente vivía de ella.
 Rodolfo proviene de una familia de labradores, padres, abuelos, bisabuelos...Vivió y amo la tierra, como solo un hombre del campo sabe hacerlo durante muchos años.
 Con el declive de las tareas agrícolas, y con cincuenta años, pasó la peor racha de su vida. Tiene cinco hijas y por entonces estaban estudiando todas.
Cuando me está contando esto, sus ojos claros brillan emocionados, pero con una dignidad que estremece. Es la sabiduría y la filosofía de vida que tiene lo que me cautiva.

En sus peores momentos y para no venirse abajo, decidió comprar a los vecinos de los pueblos vecinos los aperos de labranza que guardaban llenos de polvo en las cuadras. Siempre había querido hacerlo, era una de sus pasiones, recuperar estas viejas piezas y darles vida. Así tendría una ilusión ademas de buscarse la vida, para seguir viviendo y no venirse abajo ante la adversidad.

Rodolfo Puebla Manrique, él sólo desde hace años, ha construido con dinero de su propio bolsillo, sin ninguna subvención de la Comunidad Autónoma, un Museo de Arte Etnografico, donde están representados todos los oficios a través de objetos que él ha rescatado del olvido.

Ha utilizado, ladrillos árabes, forja, vigas antiguas de derribos de la zona. El suelo de canto rodado como las calzadas romanas, le da al lugar una prestancia única.

No, no lo conozco personalmente, solo a través de los ojos de Rodolfo...pero mi visita y su invitación, serán uno de mis proyectos este verano.


¿Que le ha llevado a hacer este museo? el amor a sus raíces, a sus ancestros, a la tierra que le vio nacer y le dio la posibilidad de alimentar a su familia.

Muy ufano me decía el apoyo que ha tenido de su mujer y sus hijas en esta labor. De tal manera que hay un pacto establecido entre ellos, para cuando no este entre las personas queridas, su obra permanezca. Me decía: "es como si una pulsera de inmenso valor se vendieran por separado cada una de sus piezas". Su sueño es que estas piezas que con tanto amor y dedicación ha ido juntando, se conserven unidas como un legado de valor incalculable.

Una tarde preciosa la que pasé ayer, un nuevo amigo que vale la pena conservar y el descubrimiento de un Museo que visitaré próximamente.