14 de septiembre de 2017

LA CITA


Desde hace bastante tiempo tenía una cita pendiente. Las citas, cuando son deseadas se viven intensamente antes. Así me ha ocurrido a mi con esta.
Os cuento. Conocí a Luis, con motivo del concierto que tuvo lugar en la festividad de San Antonío en Guardo. Celebraban el veinticinco aniversario este grupo de la localidad llamado "Dispersos" y había prometido a su hermano, Javier hacerles una entrada en mi blog. Él había sido componente del grupo.
Me atreví a robarle esta instantánea mientras escuchaba a algún artista invitado para la ocasión.



Después subió él al escenario con su guitarra. Se le puede ver en el vídeo que os muestro y que pude grabar entonces.



Esta foto del grupo en sus tiempos mozos como se suele decir, me la pasó para mi reportaje su hermano, Javier, cantautor y poeta. En la fotografía, Luis, es el segundo por la derecha.
Ese día, su hermano me lo presentó unos instantes antes del concierto. Fueron breves momentos y un saludo afectuoso, pero Luis dejo en mi la impronta de la belleza de su interior.
En dos o tres ocasiones le volví a ver de nuevo y charlamos despacio. Luis, era de esas personas afectuosas que te ofrecen el calor de su mirada sincera, donde uno se cobija  amparado en la amistad. Los hombres buenos, van dejando a su paso un reguero de amigos enlazados entre sí. Ellos se van, pero sus obras son eternas.
Queriendo conocerle un poco más, quise visitarle en su taller de forja donde él daba rienda suelta a su pasión por el arte con su trabajo profesional. Así se lo hice notar y me comentó que estaban haciendo unas reformas, que nada más terminasen tendría ocasión de visitar su "cueva" como me gustaba llamar a ese rincón y él mismo me lo enseñaría.
Pero el destino a veces nos juega malas pasadas, es incierto, traicionero, ladrón, cruel...
Luis, se fue inesperadamente dejándonos a los que le queríamos rotos de dolor.
Nuestra cita se quedó pendiente, pero a lo largo de este tiempo he ido interiorizando su recuerdo para cuando llegase la hora de cumplir mi promesa.



Esta tarde emprendí rumbo a ese lugar tan querido para él y donde reposa su espíritu. La emoción me embargaba pues le sentía cerca. Allí estaban expuestas sus obras de cerámica más preciadas. Pude acariciar ese barro al que él había dado forma con su manos y de alguna manera sentirlas en las mías.
Me contaba su hijo como comenzó su andadura en este arte y al llegar a esta pieza recordó una anécdota. La presentó en un concurso y era la mejor sin duda alguna. No lo vio así el jurado y le entregaron el segundo premio, con una cantidad en metálico nada despreciable. Él, con enorme dignidad, renunció a él por no estar de acuerdo y reivindicando su arte.


Su vocación y su amor por el barro se fraguó en la primera clase de cerámica en unos cursos con otros alumnos del pueblo. El profesor que impartía el curso le felicitó por la pieza que estaba realizando mostrando mucho interés por el don que tenía.
Entonces, en una habitación de casa monta el torno y comienza su andadura, hasta sacar sus primeros diseños basados en el mundo de los cómics y su propia linea.


A finales de los ochenta, se une a Valentin Prieto que venia de una familia de herreros y se juntan los dos fusionando el barro y el hierro, pues también él venia del mundo de la soldadura y le llama la atención esa posibilidad. Ambos artistas están juntos largo tiempo con enormes proyectos y participan en ferias, concursos y el nombre de "Alforja" es un grupo prestigioso que lleva por el mundo el nombre de la Comunidad de Castilla León




En este vídeo que he rescatado de internet se le puede escuchar hablar de su trabajo.

En el año 98, Valentin deja el proyecto y su hijo, Jose Javier, que en principio no pensaba dedicarse a ello, toma el relevo animado por su padre. Antes habían puesto una tienda en Valladolid donde vendían un poco de todo.
Me fascina el mundo de los artistas tan mal pagado y lleno de intensas horas de trabajo. Viven en otra dimensión que no siempre es fácil entender. Se mueven con otros parámetros, distintos al resto de los mortales. El valor material de las cosas es algo muy relativo en ese mundo suyo donde prima el arte.
Pero al artista ya nadie le podrá arrebatar los instantes vividos.


Jose Javier, se ha convertido en un digno sucesor de su padre. No hay duda de que los genes han tenido algo que ver...
Me habla emocionado de su progenitor, e incluso en algún momento se le quiebra la voz. Le noto cansado, llego ayer de viaje y tiene mucho trabajo. Le agradezco que haya hecho un alto en el camino para atendernos con enorme afecto.
Me hubiera gustado tener a mi lado en estos momentos a, Carmen, su mujer y a, Alba, su hija. Mi recuerdo va para ellas...


Recorro la casa por fuera sin perderme cada uno de los detalles que encierra. Es como si mi amigo, Luis me los fuera enseñando uno a uno...









Fuera hace frío, un aíre que baja de la montaña se cuela entre mis huesos mientras voy despidiéndome del lugar, pero apenas lo noto por la emoción de lo vivido.
He estado rodeada de gente, pero interiormente estaba sola con Luis. Por fin he podido acudir a la cita. Mi cita con Luis.
A lo lejos, puedo ver la estela que ha dejado con su vida y su ejemplo.


Para terminar, os dejo este retrato que le hizo el pintor de la zona, Jose Antonio Cagigal, amigo de la familia. Un bello recuerdo de esta maravillosa tierra de artistas.