23 de octubre de 2009

SUEÑOS



Una tarde de verano, al escuchar unas risas infantiles cerca de mi balcón, me asomé con curiosidad para ver quienes eran las criaturas que se lo estaban pasando tan bien.
 De repente, observé que mi gata traviesa había salido al jardín y bagabundeaba entre las flores. También descubrí muy cerca de ella dos preciosas niñas que fascinadas por sus travesuras reían divertidas.

-Hola, les dije

-¿Es tu gata ? me respondieron .

Al contestarles afirmativamente, enseguida mantuvimos un diálogo como si nos conociésemos de toda la vida. La mayor de ellas tenía unos preciosos ojos oscuros, y la más pequeña poseía unos rizos que daban a su cara un aíre muy simpático.

Al instante, mi perrita, que desde que llegó la gata, se ha sentido un poco desplazada, se asomó también para sentirse protagonista de aquel maravilloso momento.

Me dijeron que su abuela vivía en la casa de al lado y que habían venido a visitarla .

Me dí cuenta, que la mayor apretaba fuertemente unos papeles en su mano derecha. Al preguntarle que era lo que tan celosamente guardaba, se adelantó la pequeña y con la maravillosa ingenuidad de los niños me contestó : "Es que mi hermana, es escritora"
-Yo, también, le dije.
Los ojos negros de Alejandra, que así se llamaba la joven escritora se posaron en los míos, y fue un momento lleno de magia. Casi como el encuentro de dos Premios Nobel .
Le pedí sus escritos para verlos,  y me entregó unos pequeños cuadernos rudimentarios que ella misma había confeccionado cosiéndolos con unas grapas.

La magia seguía en aquel rincón de mi jardín, cuando con asombro observaba sus dibujos de la portada y su letra clara . Los abrí emocionada. Leí pausadamente cada uno de ellos, mientras las dos no me quitaban ojo.

¿ Porqué no se los das ? decía la pequeña.

Viendo que se resistía a soltar su pequeño tesoro, le dije que yo le iba a dar uno de mis escritos que tenía impreso. Se titulaba: "La niña y los Naranjos" y una web que se dedicaba a recopilar relatos para los niños llamada "El osezno"la había incluido en su página.

De repente, desaparecieron las dos mientras preparaba y metía en un sobre mi relato para la niña.

Aparecieron de nuevo sonrientes.  Alejandra, acercó su mano donde me encontraba y generosamente, me entregó el original de sus dos cuentos.
Los guardo como verdaderos tesoros...

Su abuela me contó que era muy creativa, al mismo tiempo que me enseñaba un dibujo que tenía enmarcado en su sala que le había hecho para ella.

Hace tiempo quería contar esta bonita historia y compartirla.

Quien sabe, a lo mejor con los años es una escritora famosa, y yo, tendré en mi poder su primera obra... Todo es cuestión de soñar ...
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