13 de junio de 2016

TAUROMAQUIA













Este precioso dalmata, a lo largo del manifiesto ladraba como asintiendo de lo que allí se decía.
Estaba acompañado de su dueño e hizo el recorrido entero.


Con motivo de las fiestas patronales de Guardo, ha tenido lugar una corrida de toros. Los defensores de los derechos de los animales organizaron una manifestación en contra de esta tradición obsoleta y cruel.

Como me considero amante de los animales, allí estuve para colaborar con mis fotografías, mis vídeos y mi testimonio en la red.

Esta mal llamada fiesta (no puede haber fiesta en el maltrato gratuito a un ser vivo) tiene muchos detractores que poco a poco van consiguiendo pequeñas victorias.
Pero es un tema muy controvertido.  Detractores y amantes del toreo, se enzarzan en peleas e insultos que no llevan a nada.
Las ideas hay que defenderlas con argumentos y con respeto. En el momento que llegamos al insulto, perdemos la razón.

Son muchas las voces que se alzan defendiendo que las corridas son arte y tradición. Que hay belleza en el envite de la bestia con el hombre cuerpo a cuerpo...
Opino que no están en igualdad de condiciones, puesto que al animal se le clava un rejón y banderillas que le producen un inmenso dolor en las terminaciones nerviosas y le van torturando en lenta agonía.
Que le pregunten al toro a ver si está cómodo y feliz con su cuerpo dolorido y ensangrentado sin entender el porqué de semejante salvajada.
Un animal que vive a cuerpo de rey, y de repente lo meten en un camión y lo llevan a miles de kilómetros para soltarlo en la arena de un redondel, donde comienza una tortura cruel y salvaje, hasta que muere ahogado en su propia sangre sin poder escapar de semejante tormento, no creo que disfrute mucho de arte ninguno. Y si es un torneo, ambos tienen que tener las mismas oportunidades.
Incluso acompañamos la barbarie con las alegres notas de un pasodoble para no escuchar los gemidos de muerte de un ser vivo evitando así lo desagradable de la escena.
Sostienen los afines a estas costumbres, que se perdería la especie si se aboliese la tauromaquia. Que un animal tan bello no puede dejar de existir...
¿Pero, con nuestro afán depredador, no nos estamos cargando miles de especies, porque nunca nos vemos hartos de nuestra codicia? ¡Como si nos importase mucho la especie animal si no es para nuestro beneficio!

 Hay personas que defienden esta tradición, por el enorme dinero que aportan a las arcas del estado, por los puestos de trabajo... Creo que no todo vale.
Igual si hiciéramos las cuentas de lo que nos cuesta, no nos saldrían y sería deficitario. Pero hay demasiados intereses que no salen a la luz.
Una sociedad que por encima de todo pone el valor del dinero, no cabe duda de que está enferma. Y mira que esta idea, campa por nuestras calles a todos los niveles. Nos hemos cargado la dignidad.
 A nuestros ancianos les escondemos en maravillosas residencias, frías de afectos y oscuras soledades,  mientras se nos llena la boca de que allí están mejor cuidados que en casa.  Muchas veces apenas los visitamos porque estamos muy ocupados,No soy yo quien para juzgar a nadie ni lo pretendo, y hay circunstancias que no me atrevo a valorar.  Quizá estén más arropados que solos en casa.¡Allá cada cual!
Nos asusta el dolor, el esfuerzo, el sacrificio...Huimos de todo aquello que nos produce miedo e inseguridad en vez de afrontarlo con gallardía.
Nos hemos convertido en sociedades cerradas, donde priman los intereses personales, que blindamos de cualquier extraño que pretenda invadir nuestro pequeño y egoísta mundo.
Nuestras conciencias se han adormecido y tienen una costra que le resbalan hasta los derechos humanos más elementales.

Por eso, muchas personas critican la actitud de los que luchan por los derechos de los animales, e increpan incluso con violencia verbal o explícita, a quienes se atreven a defenderlos. Comienza entonces una sarta de ataques como: "Se podían preocupar de los niños de África, de los trabajadores, de los huérfanos, de los refugiados...pero, de los animales?"
La mayoría de las veces, son los mismos que encerrados en su torre de marfil no se preocupan de nadie. Ni de los niños, ni de los ancianos, ni de los refugiados....
Son esas personas que solo saben protestar por todo, pero que no son capaces de implicarse para que la sociedad cambie aportando su granito de arena.
Se necesita un mínimo de sensibilidad humana para percibir las necesidad de implicarse en todas aquellas causas nobles que requieran nuestra ayuda. Aquel que no tiene esa sensibilidad, le dará lo mismo y vivirá al margen de todo lo que no sea su propio interés.

Otros sostienen, que los que abogamos por los derechos de los animales, bien que comemos carne y que en las granjas avícolas o porcinas o en los mataderos se cometen enormes aberraciones con los animales y que habría que protestar por ello. Muchos de los que defienden a los derechos de los animales, son veganos.
¡Hay tantas cosas injustas en el mundo!
Poco a poco se van consiguiendo pequeños logros, pero es imposible llegar a todo. Paso a paso se ganan pequeñas batallas y salen leyes nuevas para infringir el menor dolor posible en los mataderos a los animales que utilizamos para alimentarnos. Si nuestros gobernantes legislan, pero no controlan que se cumplan las leyes, pues no hay nada que hacer.
Lógicamente no es lo mismo sacrificar un animal para comer, de la manera más digna, que utilizarlos para un espectáculo sangriento lleno de sadismo. Incluso en la naturaleza está implícita la subsistencia y los animales matan para comer. Nunca por diversión como el ser humano.
Hay quien dice que se podría mantener la tradición sin derramamiento de sangre. Sin rejones, ni banderillas, ni estoque...pero yo creo que eso es una utopía.
La fuerza bruta de un toro en estado puro,  frente a un hombre...buff...
Quizá perdería interés para los sedientos de sangre, que de todo hay...

Algunos en plan racional, defienden que el hombre es el rey de la creación y que su deber es someter a las otras especies.
Que el hombre es el que domina por encima de todo al resto de los seres vivos.
¿Pero a costa de qué?
Muchas veces, el hombre es el depredador más irracional de la creación.
Hay en estas personas (muchas veces son hombres los que así lo manifiestan) la opinión de que estas batallas de defender los derechos de los animales, son cosas de mujeres histéricas que tratan a los animales como personas. Y ojo...( también hay gente que los humaniza)  y que ellos, son muy machos como para andarse con bobadas.
Pero en honor a la verdad son quizá los menos y son muchos los hombres que se suman por ganar esta batalla.

Las sociedades evolucionan dejando atrás tradiciones crueles, costumbres ancestrales caducas, y aquellas que no lo hacen, se quedan a la cola del progreso.
Con este panorama, en el que no quiero profundizar más, es lógico que el bienestar animal nos importe una higa, puesto que hasta descuidamos lo más elemental del bienestar humano.
El planeta es de todos los seres vivos y es justo que todos encontremos nuestro lugar de la manera más digna.
Se puede medir el grado de civilización de los pueblos, por el trato que otorgan a sus animales.
Luego esta el tema de las subvenciones del estado con los impuestos de todos. Existe un negocio nada claro alrededor de este mundo que nadie se atreve a destapar. Si se hiciera un referendum quizá nos íbamos a llevar una sorpresa...
Las nuevas generaciones vienen pisando fuerte, y ya son muchos los jóvenes que abogan por el fin de la tauromaquia y los espectáculos con animales.
En ellas quizá este el futuro y espero que en pocos años vaya desapareciendo la tortura animal de nuestras sociedades, porque sera señal de que hemos avanzado.






Os dejo estos vídeos que grabé del evento.
Al grito de: "La tortura, no es cultura" y "Tortura animal, al código penal" recorrimos las calles de la localidad.


El lema de una pancarta, rezaba así: "Herido está de muerte, el pueblo que con sangre se divierte"con una frase de Juan Ramón Jimenez.
Bien es verdad, que tan solo fuimos cien más o menos. Nos cuesta significarnos, que los demás sepan como pensamos realmente teniendo miedo a contristar a aquellos que no piensan como nosotros. La mayoría de la gente es cobarde, y aunque este a favor de la abolición, es más cómodo no complicarse la vida.
También me costó a mi. Primero, porque amanecí cansada y sin ganas, luego tuve que madrugar para estar allí a la hora señalada, después, dejar de lado a mis amigos que estaban en la Feria Ecuestre, y también porque no deseaba molestar a mis seguidores que quizá no estén de acuerdo conmigo.





A lo largo de la mañana se recogieron firmas de la gente que iba llegando.


Estuvimos arropados por el Partido Animalista PACMA, que se presenta a las próximas elecciones.




Algunos acudieron con sus mascotas.


No faltaron a la cita, ni la Asociación Protectora de Guardo, ni el colectivo "Huellas Felinas"encargados de los gatos callejeros. Asistieron militantes de Izquierda Unida.





Javier Castrillo, cantautor y poeta de la localidad, amante de los animales y defensor de sus derechos, también estuvo presente y escribió un manifiesto que se leyó al final de la manifestación.




También yo quise dejar constancia de mi asistencia.



Genoveva, responsable de la Protectora de Guardo y Nuria Alcántara, coordinadora de PACMA para la provincia de León, leyeron el manifiesto.

P.D. Me acabo de enterar del triste espectáculo, después de la corrida, de una mulilla postrada en tierra porque no podía con el toro muerto. Por lo visto se cayo en el arrastre un par de veces porque los organizadores no habían calculado el peso del toro que tendría que cargar el pobre animal.
No había dinero para otras tres que le ayudasen a llevar semejante carga vergonzosa?