2 de septiembre de 2017

LAS LETRAS



Se me arremolinan las letras en los pliegues del alma y en la comisura de mis labios deseosas de tomar vida.
Las oigo hablar entre ellas a mis espaldas, me expían, me retan, me controlan...
Y es que después del descanso estival, va siendo hora de retomar la escritura . Como en un ritual, cuando llega Septiembre abro mi blog de nuevo y me lanzo a inventar historias intentando retratar el alma humana con mis pobres relatos, salidos de mis entrañas con el solo deseo de no dejarme morir por dentro.
Las letras siempre me acompañan en mi soledad consentida. Son mis fieles amigas, con las que compongo y doy rienda suelta a mi creatividad siempre activa.
Hay veces que se desperdigan por la casa y no hay manera de encontrarlas. Pueden esconderse debajo de la cama, entre los pucheros o dentro de un armario. Entonces, no me queda otra que ir juntándolas con la ayuda de las musas hasta convertirlas en algo bello.
Se me escapan los días, las noches y las mañanas, en ese pasar lento de las horas, como un contrasentido.
Las letras son como notas musicales que hay que saber poner en su lugar para componer una bella sinfonía. Cuando me bullen dentro, no puedo dejarlas a su antojo. Siento una necesidad imperiosa de unirlas una a una, de darles forma y contenido. Y hasta que no lo logro, a veces no puedo ni comer ni dormir.
Y es que las letras y yo, somos viejas amigas, desde que aprendí en la escuela el difícil arte del conocimiento. Un idilio que dura muchos años y al que pienso ser fiel hasta la muerte.