Cuando actualmente paso cerca de esta antigua peluquería, me vienen a la memoria un montón de recuerdos.
Como hay gente del pueblo que lee mi blog, de vez en cuando les suelo dedicar un post para que sientan vivas sus raices.
Las Fanis, fueron cuatro hermanas hijas de Andres Blanco y Modesta de Celis . Este matrimonio tuvo siete hijos, pero solo las cuatro hermanas llegaron a mayores
De las cuatro, solo la mayor, Petronila se caso. Las otras tres, Eulalia, Maria y Epifania , permanecieron unidas y solteras hasta su muerte
Montaron la peluquería de señoras "Fani"el diminutivo de la mas pequeña ( Epifania ) que era la que tenia el titulo de oficial de peluquera, las demás le ayudaban por lo que terminaron llamándoles "Las Fanis "
Este escrito, lo he copiado del libro titulado : Guardo sus hombres y sus nombres , escrito por Jaime G. Reyero
En la parte de abajo, recuerdo que tenian una tienda tipo merceria donde vendian hilos, lanas, y cosas varias
Una tarde cuando tenia yo doce años, mi madre que le encantaba hacer punto me mandó con un trozo de lana a la tienda que describo para que le comprase una madeja de lana del mismo color pues quería terminar un gersey.
Acababa de salir de la escuela y mi amiga, Mari Luz me acompañaba.
.Mi amiga Mari Luz era genial, reíamos por todo ...de un señor con la nariz larga, de una señora gorda, del vuelo de una mosca... En fin, no teníamos remedio...
Al entrar en la tienda había una chica joven, que estaba pidiendo a Petronila, que la enseñase un sujetador ( también vendían lencería
Petronila era muy seria ...la llamábamos "la Peto" no era muy amiga de los niños quizá porque a veces son crueles. Al vernos entrar, con gesto poco afectuoso nos pregunto que deseábamos.
Miré a mi amiga con la timidez propia de la edad y le contesté como buenamente pude.
Nos hizo esperar pues estaba atendiendo a la chica joven.
Al momento el mostrador se llenó de preciosos sujetadores que nosotras observábamos con curiosidad
Después de mucho escoger y probarse varios, la cliente con un modelo en la mano trataba de explicarle a Petronila que le gustaba , pero que le quedaba pequeño de "cazuela "
Mi amiga y yo nos miramos extrañadas de que la lencería, tuviera algo que ver con la batería de cocina o el arte culinario ...
Empezamos a sonreírnos, y poco a poco tratando inútilmente de contener la risa terminamos a carcajadas.
La Peto muy seria se dirigió a nosotras de muy malas maneras. La mujer creyó que nos estábamos riendo de ella.
Quizá había tenido malas experiencias con los chavales del lugar ...
Nos llamo "sinverguenzas" y nosotras rojas y llorando de la risa no acertábamos a decirle nada de nada, solo reíamos sin parar ...
Cada vez mas "mosqueada " nos mando salir de la tienda.
Viendo que mi madre me haría volver a por la madeja de lana de nuevo, me armé de valor y le dije balbuceando que por favor me diese la lana.
Eran tiempos de bastante penuria. ¡como para dejar escapar un cliente!
Convencida de que nuestra risa la provocaba su cara, nos despachó de mala gana y salimos corriendo hacia la plaza riéndonos cada vez con mas fuerza .
Que bonita es la risa cuando se tienen pocos años y la vida, está aún por vivir ...
Era una risa infantil, contagiosa, sin maldades de adulto.
Con el paso de los años he reído muchas veces. La risa siempre ha formado parte de mi manera de ser, pero aún recuerdo aquella tarde con mi amiga donde descubrimos que la baterÍa de cocina tenia algo que ver con la lencería y reímos con ganas sin darnos cuenta que podíamos herir a Petronila.
Como hay gente del pueblo que lee mi blog, de vez en cuando les suelo dedicar un post para que sientan vivas sus raices.
Las Fanis, fueron cuatro hermanas hijas de Andres Blanco y Modesta de Celis . Este matrimonio tuvo siete hijos, pero solo las cuatro hermanas llegaron a mayores
De las cuatro, solo la mayor, Petronila se caso. Las otras tres, Eulalia, Maria y Epifania , permanecieron unidas y solteras hasta su muerte
Montaron la peluquería de señoras "Fani"el diminutivo de la mas pequeña ( Epifania ) que era la que tenia el titulo de oficial de peluquera, las demás le ayudaban por lo que terminaron llamándoles "Las Fanis "
Este escrito, lo he copiado del libro titulado : Guardo sus hombres y sus nombres , escrito por Jaime G. Reyero
En la parte de abajo, recuerdo que tenian una tienda tipo merceria donde vendian hilos, lanas, y cosas varias
Una tarde cuando tenia yo doce años, mi madre que le encantaba hacer punto me mandó con un trozo de lana a la tienda que describo para que le comprase una madeja de lana del mismo color pues quería terminar un gersey.
Acababa de salir de la escuela y mi amiga, Mari Luz me acompañaba.
.Mi amiga Mari Luz era genial, reíamos por todo ...de un señor con la nariz larga, de una señora gorda, del vuelo de una mosca... En fin, no teníamos remedio...
Al entrar en la tienda había una chica joven, que estaba pidiendo a Petronila, que la enseñase un sujetador ( también vendían lencería
Petronila era muy seria ...la llamábamos "la Peto" no era muy amiga de los niños quizá porque a veces son crueles. Al vernos entrar, con gesto poco afectuoso nos pregunto que deseábamos.
Miré a mi amiga con la timidez propia de la edad y le contesté como buenamente pude.
Nos hizo esperar pues estaba atendiendo a la chica joven.
Al momento el mostrador se llenó de preciosos sujetadores que nosotras observábamos con curiosidad
Después de mucho escoger y probarse varios, la cliente con un modelo en la mano trataba de explicarle a Petronila que le gustaba , pero que le quedaba pequeño de "cazuela "
Mi amiga y yo nos miramos extrañadas de que la lencería, tuviera algo que ver con la batería de cocina o el arte culinario ...
Empezamos a sonreírnos, y poco a poco tratando inútilmente de contener la risa terminamos a carcajadas.
La Peto muy seria se dirigió a nosotras de muy malas maneras. La mujer creyó que nos estábamos riendo de ella.
Quizá había tenido malas experiencias con los chavales del lugar ...
Nos llamo "sinverguenzas" y nosotras rojas y llorando de la risa no acertábamos a decirle nada de nada, solo reíamos sin parar ...
Cada vez mas "mosqueada " nos mando salir de la tienda.
Viendo que mi madre me haría volver a por la madeja de lana de nuevo, me armé de valor y le dije balbuceando que por favor me diese la lana.
Eran tiempos de bastante penuria. ¡como para dejar escapar un cliente!
Convencida de que nuestra risa la provocaba su cara, nos despachó de mala gana y salimos corriendo hacia la plaza riéndonos cada vez con mas fuerza .
Que bonita es la risa cuando se tienen pocos años y la vida, está aún por vivir ...
Era una risa infantil, contagiosa, sin maldades de adulto.
Con el paso de los años he reído muchas veces. La risa siempre ha formado parte de mi manera de ser, pero aún recuerdo aquella tarde con mi amiga donde descubrimos que la baterÍa de cocina tenia algo que ver con la lencería y reímos con ganas sin darnos cuenta que podíamos herir a Petronila.
5 comentarios:
La risa es el mejor complot para destruir la pena.
Que no nos falte nunca.
Ja,ja,ja,ja.
Un montón de besos
Y que mal se tomaban algunas personas nuestra risa, la gente que era mal pensada, muy agradables esos recuerdos, un beso Mari Paz
hermosos recuerdos has traído a tu memoria para compartir con todos!!!
mil gracias por hacerlo..........
un enorme abrazo
Jajajjaj...me has traído a la memoria un episodio similar que viví con mi prima Mari Carmen cuando pequeñas en una heladería...el heladero era gangoso y al pedirle un helado él decía: ¿De ente? y nosotras: no,de menta no, de chocolate.
y él: que ji de ente?
nosotras: que no, de chocolate!
él: he icho que ji de ente pejetas?
jajjajajjjaj....
cuando lo recuerdo vuelvo a llorar de la risa jajjajajjj
Bendita risa!!! sanadora de todos los males. un saludo
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