19 de febrero de 2018

EL NIÑO Y EL DRON


Era la tarde del día de Reyes y estaba yo contemplando el horizonte por la ventana, cuando de repente observe un Dron que hacía filigranas en el cielo.
En un jardín cercano se podía ver a un niño dirigiéndole con gran pericia.  El aparato tan pronto subía como bajaba, mientras daba volteretas de acá para allá bajo la atenta mirada del chiquillo que ponía todo su empeño en  maniobrar los mandos para volar cada vez más alto.
Yo no perdía detalle de aquel espectáculo asombroso, mientras pensaba en la ilusión del pequeño al recibir aquel peculiar regalo la noche anterior.
Me lo imaginaba dando botes de contento junto a sus padres y hermanos en esa mágica noche cuando sus Majestades los Reyes Magos de Oriente le obsequiaron con aquel juguete. Apenas tenía diez años, rubio de ojos azules y ademanes inquietos. Se le podía ver allá abajo en el jardín intentado surcar el cielo de la ilusión cuantas veces fuera necesario sin cansarse.
Un poco más allá, un gato callejero le miraba atentamente e incluso hacía ademán de ir tras él confundiéndole con un inocente pajarillo.
Se sentía poderoso con tan solo apretar un botón y eso le excitaba enormemente. Hasta mantenía un diálogo con la máquina que apenas yo podía escuchar por encontrarme un poco lejos.
Yo seguía con enorme interés cada uno de sus movimientos y hasta le animaba a subir y subir...
Siempre me gusta escribir sobre las ventanas que son como los ojos de las casas. Me inspiran en mis relatos, por eso decidí escribir sobre ello intentando no perderme ni un detalle de aquella escena.
De la casa salió una niña animándole en su lucha por dominar aquel artefacto que a mi se me antojaba muy difícil de manejar. Y lo digo con conocimiento de causa, pues al hijo de mi sobrina de una edad muy parecida a la del niño de mi historia, también le habían regalado uno para Reyes y pude seguir las clases que su padre le iba dando hasta hacerse con él. Incluso grabé algún vídeo en directo en Facebook.
Me pareció difícil su manejo, pero al mismo tiempo me atraía de manera muy especial. Soy una forofa de las nuevas tecnologías y siempre estoy dispuesta a aprender algo nuevo. Sobre todo, que algunos de estos aparatos llevan una cámara incorporada y en otros se puede incorporar con la intención de grabar desde las alturas.
¡Madre mía que maravilla!
¡Con lo que me gusta grabar vídeos!
Pero volvamos a mi relato.
El niño se quedó solo de nuevo, mientras intentaba una vez más que el Dron subiese al máximo de altura para sentirse poderoso.
Y de repente ocurrió, que subió tan alto que llegó al tejado dando pequeños saltos de canguro. Por unos momentos pareció perder el control, pero una y otra vez apretaba el botón y lograba hacerse con él. El espectáculo era magnífico y yo me sentía feliz contemplándolo.
El niño gritaba, corría, saltaba...
Parecía que quería acompañar al juguete en sus acrobacias.
Como mi ventana estaba al ras de su tejado, lo veía ahora de manera privilegiada. Aquel pequeño niño no se había percatado de mi presencia. No se imaginaba para nada tener tan singular espectadora.
De repente ocurrió algo inesperado. El aparato en su loco virar se perdió en el horizonte y de la vista del niño y salió disparado por encima del tejado. Sin rumbo saltó por la calle de al lado hasta perder altura y caerse en un jardín cercano.
Ante aquel incidente inesperado, intenté quedarme con el lugar donde cayo para avisar al pequeño. Y efectivamente a los pocos minutos salió en su busca muy compungido en compañía de su madre y hermana sin saber donde había ido a parar.
Desde arriba le llamé gritando para que me oyera pues estaba en un tercer piso. Un poco desorientado intentaba saber de donde provenía la voz hasta que dio conmigo.
Le señalé el jardín donde había caído y se dirigió a la casa para que le ayudaran a buscarlo. Al rato salió con las manos vacías y un enorme desencanto.
Siguieron buscando por los alrededores sin poder localizarlo.
Yo casi con señas le animaba a buscar desde la parte de fuera en el seto del jardín que era donde le había visto caer, pero nada...
Hasta que se le ocurrió dar al botón del mando y de repente salió volando de entre el seto efectivamente.
La aventura había tenido un final feliz. Aquel juguete travieso había querido asustar a un niño decidido a volar como fuera.
Desde abajo me dedicó la más bella de las sonrisas como recompensa.
El sol se despedía en el horizonte mientras yo había sido testigo de una hermosa aventura.

P.D. La foto la he cogido prestada de internet.

15 comentarios:

llorenç Gimenez dijo...

Hola Maripaz.. Que Dios Guardo a Vd. muchos años. Vaya aventura mas excitante, me ha recordado aquellas que corría yo cuando quise aprender a ir en bicicleta de dos ruedas y siempre acababa en el huerto con los tomates..
Claro que eran otros tiempos, entonces no volvamos, teníamos los pies en el suelo.. No hablamos con los artefactos voladores, lo hacíamos con los amiguetes/as, y explicábamos historias que nos inventábamos.. Entonces dominábamos los artefactos, no como ahora que los artefactos nos dominaran pronto a nosotros, no se que haremos el día que se nos apague la luz..
Ya se, nos iremos a vivir a Guardo, que se esta de maravilla, podemos subir de excursión al castillo y en lugar de un Dron llevar unas cometas de colores y hacerlas volar con el viento, que no gasta electricidad, y son muy bonitos..
Un abrazo amiga..

20 febrero, 2018

Susana dijo...

Un juguete muy caro para un niño. Un beso.

Carmela dijo...

Un final feliz gracias en gran parte a ti, mi querida Maripaz. A mí también me encanta observar lo que ocurre a mi alrededor.
La verdad es que casi he podido ver al niño jugando con el dron y a ti, jajajaja, casi colgada de la ventana haciéndole indicaciones de donde había caído.
Me ha alegrado tu relato Maripaz.
Un beso muy grande

PEPE LASALA dijo...

Me ha gustado mucho el relato Maripaz, buen final. Un abrazo.

Jose dijo...

Un comentario en el cual reflejas muy bien el disfrute de un niño y su inocencia .Las nuevas tecnologías da pie para disfrutar mucho con ellas.

No he podido venir antes, pues unas señoras vestidas de blanco se empeñaron en quitarme unas piedras preciosas las cuales estaban metidas en su bolsa y decidieron quedarse con ellas


Muchas gracias por tu siempre amable visita.

Un abrazo

Ambar dijo...

una bonita historia con final feliz para el niño y para ti. La sonrisa de un niño no tiene precio.
Besos

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Esas son las sonrisas que vale la pena recibir, son remedio para todos los males.

Un abrazo.

Mari-Pi-R dijo...

Es como si hubieses tu también tenido el regalo de los Reyes Magos pues disfrutaste como espectadora y con el agradecimiento del niño.
Bonita historia, un abrazo.

Tesa Medina dijo...

Me quedo también con esa sonrisa, ver sonreír a un niño es tan hermoso, oirlo reír, verlo jugar con entusiasmo, creyendo que puede volar, que surca el cielo o que es un héroe que va a descubrir a los villanos que se esconden en el seto del jardin de la vecina..., con la ayuda de aquella señora tan simpátca que le hace señas desde el tercer piso.

Ay, Maripaz, me gusta mucho eso de las ventanas que son los ojos de las casa, he vivido en muchos lugares y muchas casas diferentes y algo decisivo para alquilarla o comprarla, que de todo hubo, es el silencio y lo que se ve por las ventanas.

Me ha encantado tu historia, y la foto elegida le va como un guante.

Hablando de drones, hay grabaciones en vídeo con estos chismes que quitan el sentido, vi una en Vimeo de la Sagrada Familia de Barcelona por dentro, la parte terminada, que ningún cámara o realizador hubiera podido hacer si no es con esta gran ayuda.

Un abrazo,

diego dijo...

Se nota tu capacidad para hacer un relato interesante de un hecho cotidiano protagonizado por un niño. A eso se le llama imaginación, Maripaz. La misma que demuestras en tus reportajes fotográficos. En cuanto a los drones, independientemente de su atractivo y posibilidades (ya se emplean para ayudar a personas con riesgo de ahogarse en el mar, etc.) creo que hay que legislar su utilización, pueden convertirse en algo muy peligroso. Beso, Maripaz.

Ana Mª Ferrin dijo...

Estoy adivinando el próximo artilugio que te traerán por tu cumpleaños, santo, reyes, ...
Imagino al Dron de MariPaz haciendo cabriolas por los jardines y tejados, filmando a niños y mayores, fiestas de la BBC, Bodas,Bautizos y Comuniones. Así empezaron algunos Directores. Besos

Recomenzar dijo...

Tienes alas para volar
para soñar para
escribir eres curiosa
joven impetuosa
y siempre con sonrisas recibes a la vida
me place estar aqui con vos querida
Y leerte saboreando el vuelo de tus sueños cuando escribes

TORO SALVAJE dijo...

:)

Menos mal que acabo bien.
Un niño triste me resulta muy doloroso.

Besos.

Manuel dijo...

Que forma tan linda tienes de contar lo cotidiano, y pienso como tu, que no hay cosa más bonita y agradable que la sonrisa de un niño.
Breve, pero verídico: Sábado 6 Enero. 10 AM, llega mi nieto a casa con dron en mano. 10,10 AM, salimos al patio y me dice, abuelo pruébalo tu. 10,12 AM, abuelo eleva el dron unos tres metros, y ráfaga de viento lo desplaza a parcela del vecino. 10,15 AM, vecino de mi vecino me informa que ellos están de vacaciones en Granada hasta el domingo por la tarde.
Domingo 7 de Enero a las 8,30 PM, búsqueda intensiva por el jardín del vecino, y hallazgo del aparato en la piscina. No digo nada a nadie.
Lunes 8 de Enero, desde las 9 AM hasta la 1 PM, abuelo recorre toda Sevilla buscando uno igual, una hora después sonrisa y beso del nieto, y yo feliz pero, agotado.
Un fuerte abrazo, querida y estimada Maripaz.

jesus alvarez dijo...

Me encanta esta entrada, ojal.a haya muchas como esta en el futuro,saludos y feliz semana.