14 de junio de 2025

LA TORMENTA

 


De repente, unos enormes goterones de agua me salieron al encuentro. 

Bien es verdad que desde mi ventana se adivinaba tormenta.

Negros nubarrones se asomaban en el cielo pidiendo guerra.

Y comencé a correr para que no me pillara su furia. 

Las calles estaban llenas de vida gracias a los jóvenes que celebraban su graduación y ponían una nota festiva en el ambiente.

Ellas, con vistosos vestidos de colores alegres, melena al viento, sonrisa abierta y el corazón en bandolera. 

Ellos, con trajes oscuros y camisa blanca; bien peinados para la ocasión y la felicidad esculpida en sus juveniles rostros al igual que ellas.

Y me vi sumergida por unos instantes en su fiesta, en su mundo, en su alegría bullanguera.

La tormenta tomó forma y el agua se unió a la fiesta.

Nos cobijamos como pudimos, jóvenes y menos jóvenes, mientras las gotas de lluvia bailaban sin parar por las calles.

¡Libres!

¡Llenas de vida!

Cómo aquellos jóvenes acompañantes que me habían salido al encuentro sin esperarlo.

Sus risas cantarinas llenaron la tarde de esperanzas nuevas, de ilusiones a flor de piel, de la belleza de la vida de las nuevas generaciones.

Y me dejé besar por las gotas de lluvia para rejuvenecer por unos instantes al atardecer de mi vida.

Porque a ilusión no hay quien me gane.

Y a ganas de vivir tampoco.

Un perro aullaba esperando a su dueño temeroso de los truenos. 

Alguna de las niña se acercaron y le acariciaron con sus manos.

También yo le acaricié despacito.

Los paraguas de colores salieron a pasear  formando un halo de fantasía. 

Poco a poco la tormenta fue amainando y la tarde se quedó en calma.

Y pude volver a casa.

Una pequeña niña saltaba charcos y tuve la tentación de imitarla.

Dos enamorados cruzaron la plaza.

Al volver la esquina escuché mi nombre.

Dos preciosas chiquillas me sonrieron al pasar.

Iban vestidas de gala.

Tenían prisa.

Era como si me hubieran salido al encuentro un sonido de alegres cascabeles.

Les pregunté por los estudios.

¡Bien, muy bien! (gritaron  a lo lejos)

¡Estupendo, niñas!

¡Disfrutar!

Y se perdieron de mi mirada.

El horrible calor se disipó.

La lluvia había limpiado las impurezas de la vida.

Yo, me cobijé en mi fantasía.



3 de junio de 2025

LOCA PRIMAVERA

 


La loca Primavera sigue su curso.

Ha venido provista de muchas lluvias y ruido de tormentas en la zona donde vivo. Comenzó adelantada y después ha ido a su bola. A veces con días soleados y otros casi otoñales. Puro contraste.

Los últimos días del mes de Mayo hemos tenido 36 grados que me ha llevado a pensar estábamos ya en pleno verano.


En Pamplona han comenzado a poner el vallado de los encierros por las calles.

Ya se adivina la fiesta.

Ya hay que ir preparando el pañuelico rojo y los pantalones y camiseta blanca.

Yo, este año no voy a poder participar de las fiestas como a mi me gusta. Llevo un par de meses con una fascitis plantar que me impide caminar. Camino, si, pero con dificultad y no mucho rato seguido.

Menos mal que desde mi llegada he podido vivir a tope las fiestas de esta bonita ciudad.


 

Y espero acudir a mi cita con Guardo como cada verano y disfrutar de la belleza de mi río Carrión.

Se me ha pasado el invierno en un suspiro.

Parece que fue ayer cuando volvía cargada de miel, de pastas, de legumbres y demás exquisitos productos de la tierra palentina.


No quiero dejar de faltar a mi cita con Guardo y sus gentes, pero me estoy haciendo mayor y quizá en unos años no pueda disfrutar de los encantos del pueblo.

De momento, voy a hacer lo posible por no faltar.

Como también no quiero dejar de escribir en el Baúl de Laika, rinconcito de encuentro con cada uno de vosotros.

Un abrazo para cada uno.