Una soleada mañana me atrapa en este Domingo otoñal.
Aunque en las primeras horas la hierba del jardín amaneció blanca de rocío.
Estoy sentada en una terraza tomando el segundo café del día leyendo la prensa.
El espíritu crítico no abunda en los periódicos. Cada uno sirve al poder establecido.
Nos dejamos manipular cual adolescentes que quieren comerse el mundo a bocados.
Y cuidadito con disentir, de aquello, que por narices, todos tenemos que opinar gracias al adoctrinamiento al que estamos sometidos.
Una voz discordante te puede llevar al ostracismo más absoluto.
Mejor, ni intentarlo.
La cobardía es el refugio de los conformistas.
Al calor del "rebaño" se lame uno mejor sus heridas.
En la mesa de al lado, un joven expresa a su compañera de mesa, que también lee la prensa, su admiración por uno de los políticos de turno. Se deshace en elogios sobre su persona. Es muy bueno. Repite una y otra vez sin dudarlo.
Es la idea que machaconamente repite un día y otro la prensa afín. Nos lo dan todo hecho. No hace falta cuestionarse nada.
En ese barullo del Congreso de los Diputados, el mundo de las ideas es ultrajado una y otra vez y se dejan ver y oír palabras barriobajeras en el templo donde se debaten.
De repente, una mujer se acerca donde están dos chicas hablando de sus cosas.
-¡Qué bien estáis ahí!- grita con voz chillona-
Y comienza a contar su vida y milagros, mientras las chicas ríen divertidas.
-Me vine a vivir a Zizur porque me he hecho mayor. Mi hija ha sido la que me ha animado a ello. Estoy muy bien aquí. Aunque está un poco diseminado todo: Zizur pueblo, Zizur urbanización, Ardoi urbanización...
-Pero tenemos de todo.
-¿No vais a misa?
-Yo voy a rezar por todos.
-Como será el infierno viendo los incendios de este verano...
El precio de la luz me tiene agobiada.
- A mi nieto, Mikel, le encanta que le haga una tortilla de setas.
-No sé si llegaré a ser bisabuela.
La conversación se alarga y se alarga...
Parece necesitar que alguien la escuche. Y lo ha conseguido.
Todos los que estamos cerca somos partícipes de sus cuitas.
Dejo de lado el periódico.
Me interesa más lo que cuenta esta mujer.
De alguna manera es la sabiduría popular la que habla por su boca.
Me siento menos manipulada por sus palabras, qué por lo que estoy leyendo en el periódico.
Y no soy yo de rezar, ni creer en el infierno.
Hace tiempo emprendí un nuevo rumbo a mi vida.
Mi filosofía de vida es: "¡Vive y deja vivir!
Siempre con mi curiosidad y mi asombro en bandolera.
Amando la vida.
Amando a las gentes.
Si miedo al futuro.
Saboreando el presente.
P.D. Menuda barullo de letras grandes y pequeñas. De vez en cuando me sale y no sé muy bien cómo solucionarlo.
Lo siento.

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