1 de mayo de 2010

LIBROS Y CUADERNOS


Hay un puesto en el mercadillo de mi pueblo que todos los viernes brinda a las personas que se acercan a visitarlo un verdadero placer. Suele traer libros de segunda mano, material didáctico de librerías antiguas, que posiblemente hayan cerrado.

Los objetos la mayoría de las veces lucen una capa de polvo producida por el paso del tiempo, quizá fueron expuestos en el escaparate y muchas miradas se posaron en ellos llenas de admiración. En su último intento de sobrevivir y ser útiles, esperan con ansiedad que alguien les rescate y se los lleve a su casa como un preciado tesoro.

Ayer mi mirada se posó en estos viejos cuadernos donde aprendí el arte de la caligrafía cuando era niña. Muchos recuerdos acudieron a mi mente al observarlos...tardes y mañanas enteras escribiendo en ellos, con aquellas plumas que se incorporaban a un palote y se mojaban en un tintero tratando de reproducir aquellas preciosas letras en mi sencillo cuaderno .

Hice una foto casi con emoción y compré unos ejemplares, para quedármelos de recuerdo.

Si esos libros viejos, usados, pudieran hablar, contarían historias de las personas que pasaron por sus vidas. Pienso que hasta sentirían la emoción de nuevo, recordando el roce de los dedos al pasar las páginas, de sus antiguos dueños.

Con los libros, establecemos una sintonía amistosa en el proceso de su lectura. Como con los amigos ,intercambiamos experiencias, sensaciones, hasta nuestra alma se hace una con ellos. Por eso ellos sufren cuando les abandonamos...

Cuando les veo cada viernes, me gusta dedicarles mi tiempo, les acaricio, abro sus páginas una y otra vez para que se sientan vivos. También me llevo alguno a casa compartiendo con él, mi vida.
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10 comentarios:

Anónimo dijo...

Maripaz...
estos cuadernos se ven con "solera"...y traen recuerdos de infancia, es verdad.
Entra , si quieres en esta web ...en dónde su autor Rafael Castillejo, ha hecho una genial recopilación de muchos de esos recuerdos de infancia....

http://rafaelcastillejo.com/

ya me dirás si te ha gustado.

Antonio dijo...

Esos libros nos retrotraen al pasado. Yo conservo casi todos los mios en mi boblioteca incluidos muchos de esos cuaderno.
Un abrazo

mariajesusparadela dijo...

Hace diez o doce años me regalaron un libro que es una joya: se llama "El florido pensil" y es la historia de todos aquellos que hicimos nuestros primeros estudios en la "enciclopedia Alvarez"(1,2º y 3er. grado), antes del ingreso de bachillerato.
Es precioso y está escrito con sentido del humor.

Perséfone dijo...

Estos cuadernos se siguen editando pero han cambiado los olores, entre otras cosas. Nos trae nuestra infancia y nuestros recuerdos escolares. Entrañable.

Besos

Lourdes dijo...

Jo! Los cuadernos de rubio!!! Pues todavía tengo alguno rulando por mi casa, no te creas. Sí, sí, con mi letra torpe e infantil que están rellenos y tó.
jejej


Besos, Maripaz!

Antonio dijo...

María Jesús, yo también leí "El florido pensil" y me pareció una verdadera joya, un testimonio del pasado inestimable.
Tu lo conoces Paripaz?
Un saludo

Rita dijo...

Siiiii!!! los reconozco, cuantos recuerdos......y pensar que 2 pasabamos el curso, uno para la aritmética, no matemáticas como ahora, y otro para la gramática, y si se acababan te compraban otro, no como ahora, que cuando llega el fin de curso, los niños tienen un cargamento de cuadernos y otro de libros, yo tengo todavía algún libro de aquellos, que tiempos.......
Muy bonito Maripaz, nos has traído la nostalgia, un abrazo y feliz domingo

Calvarian dijo...

Desde luego que si, cuantas cosas nos podrían contar los libros sobre sus dueños, sobre esas manos que los rozaron
Bonito y nostálgico post
Bésix

SEMA MIRANDA dijo...

Gracias Mari Paz por visitar mi blog y por tus bonitas palabras hacia mis animales de compañia.Me encanta tu tierra Palentina,de la que conozco las poblaciones por las que pasa El Camino de Santiago,enamorado de Fromista y de su joya arquitectonica " San Martin ".Gracias de nuevo y estaremos en contacto.

Eastriver dijo...

El sistema de escritura Edelvives me suena un montón. Yo de todas formas no recuerdo tanto este tipo de cuadernos sino los textos que la monja ponía en la pizarra y nosotros copiábamos con cuidado, o la caligrafía que más tarde también nos proponían los curas. Odiaba la caligrafía pero no su recuerdo. Un abrazo.