6 de septiembre de 2011

El PASADO


Muy despacio, como si de una ceremonia se tratara sacó los cubiertos de una caja donde reposaban la mayor parte del año. Estaban envueltos uno a uno en papel de seda para protegerles del paso del tiempo y del polvo que todo lo destruye.
Suspiró con vehemencia mientras miraba a lo lejos por la ventana de la cocina. Les fue sacando brillo como pretendiendo que saliera de su interior la riqueza del pasado que encerraban.
Aquellos cubiertos de plata con las iniciales de los dos grabadas, formaban parte de algo material de una vieja historia de amor que la marcó para siempre.
Los recuerdos del pasado regresaron a borbotones y no pudo reprimir una furtiva lágrima que resbaló silenciosa por su mejilla.
Cuando apenas hacia poco que había dejado atrás la adolescencia, conoció a un hombre del que se enamoró perdidamente. Era moreno, de mirada profunda, y pelo ondulado. Guapo, muy guapo...
Hacian una pareja envidiada por todos. La belleza de ella era tambien notoria. Habia heredado la nariz de su padre además de sus vitudes. Tenia una figura esbelta y su caminar era como un tintineo de campanillas.
No le valieron de nada las advertencias de algunas personas de mala lengua que por envidia le decian que él tenia varias novias. Se había enamorado y bastaba.
¿Quien es capaz de frenar la fuerza de un tsunami o apagar un volcan en erupción?
Había escuchado una vez a un hombre sabio, que en el amor hay que arriesgar porque si no pasa de largo y una vez que lo dejamos escapar quizá no vuelva nunca más.
Por eso quiso correr la aventura de su vida con la pasión de su joven corazón recién estrenada. La felicidad había llegado a su vida de repente y se agarraba fuertemente a ella.
Besos robados, miradas que escudriñan el alma, paseos al atardecer, bailar abrazados,contemplar las estrellas,correr, saltar, reír,soñar...
¿Quien puede aventurar que los días felices pueden tener término?
¿Quien cuando ama la vida, puede pensar que la vida se puede acabar?
Pero si, el dolor y la muerte acecha por las callejas y los rincones cobrándose sus presas.
Como algo imperioso, como un torrente que se cuela dentro llega y nos arrebata lo que amamos .Aquella persona que es la razón de nuestro vivir, aquel montón de sueños que nunca verán la luz...
Como si de repente le hubieran sacado las entrañas, así se quedó en silencio cuando le vinieron a decir que él había muerto en un absurdo accidente. Aquél día el sol la besó con ternura tratando de aliviar su dolor. Cuentan que se escucharon a las estrellas llorar...hasta las malas lenguas quedaron mudas y silenciosas.
Como recuerdo de su amado, una hija con los ojos y el pelo de su padre que desde algún lugar las protege, y esos viejos cubiertos de plata que conserva como un tesoro porque se los regaló él.

14 comentarios:

Darío dijo...

Pienso en ojos muy profundos, en los de mi abuela, específicamente, sufriendo por lo que fue y ya no es . Un abrazo.

Elena dijo...

Precioso relato Maripaz.
¿Quién nos iba a decir que la vida se acaba?
Un beso.

Panchu dijo...

Una bonita historia,el final...todos llegaremos a el,saludos

MAMÉ VALDÉS dijo...

Nos quedarán los recuerdos y lo vivido... Un saludo.

Anónimo dijo...

Él se fue, pero su amor perdurará, más aún que los cubiertos de plata.
Aunque solo hubiese sido flor de un día, habría merecido la pena.
Un abrazo.

mariajesusparadela dijo...

Siempre merece la pena el amor.
Incluso aunque fuese falso.

José Vte. dijo...

Preciosa historia, terriblemente romántica pero triste, muy triste.
Cuando vea a su hija siempre le recordará los buenos años vividos juntos.

Un abrazo

jota dijo...

Leyendo esta entrada consigues que el tiempo se detenga por unos momentos.

Saludos y gracias por tu visita.

matrioska_verde dijo...

¡Cuantas historias como ésta!
Preciosa, pero triste, claro.
Me ha hecho ilusión recordar otros cubiertos como los de tu foto, en las celebraciones de las fiestas patronales de la aldea... con el papel de seda.

biquiños,

Anónimo dijo...

El recuerdo de lo sentido y vivido, a nadie se lo pueden arrebatar del pensamiento, aunque duela, aunque pese....
Me resulta triste o será que estoy algo tierna.
Gracias por tu visita Mª Paz.

Eastriver dijo...

Triste, muy triste.

Es cierto que muchas veces un objeto antiguo despierta recuerdos. Y qué bonitos esos cubiertos que son verdaderamente antiguos, con esa pesadez de la plata, y la elegancia de otros tiempos.

Alfonso Saborido dijo...

Por qué será que el amor siempre va tan unido a la tragedia :(

ARO dijo...

Magnífico relato. Amor y tristeza van de la mano en muchas ocasiones.

Visi Brugos dijo...

Bonita historia y muy real. Parece un reality pero hay tanyas vidas que encajaran.