9 de abril de 2016

LA TARDE


Caminaba descalza sobre la hierba teniendo cuidado de no pisar los sueños recién estrenados de unas sencillas margaritas que acaban de nacer.
El prado rezumaba vida y sentía latir las entrañas de la tierra en sus pies.
Era una sensación muy peculiar aquella, que no dejaba de practicar siempre que podía.
Una ráfaga de viento paso rozándole la cara sin piedad. Era frío, muy frío...como la ausencia de caricias de los que ya no se aman.
Por el sendero, vio  a lo lejos a un personaje que caminaba lentamente. Apenas le conocía. Tan solo había oído hablar de él  algún comentario malicioso de esos que ensucian la conciencia de quien los hace.
Cuando estuvo a su altura, pudo escuchar que le dedicaba un saludo afectuoso mientras se paraba a su lado.
Tenía la mirada herida y un puntito de esperanza allá en el fondo del alma.
Ella le miro con atención, como queriendo descubrir su historia.
Fue un instante fugaz, donde pudo comprobar en su rostro la desolación que causan los juicios temerarios.
Una leve sonrisa ilumino el lugar.
Se despidió de él mientras pensaba que quizá tenía sueños que cumplir como cualquier mortal,porque estaba lleno de vida.


Un pájaro desde la rama de un árbol les dedico un trino mientras se alejaba.
Tenía la belleza de lo sublime y la ingenuidad de los niños.


Acaricio la tarde como pudo, mientras sus pensamientos se refugiaban en la corriente de río, libres...


14 comentarios:

Sara O. Durán dijo...

Maripaz, me creaste una sensación de plenitud muy agradable, a través de un personaje muy sensible que puede profundizar en pos de la esencia del personaje, dejando de lado prejuicios, porque ensucian a quien los emite. El pájaro muy atinada su aparición en ese momento y el final de libertad. Precioso!
Un fuerte abrazo.

Ambar dijo...

Cuanta sensibilidad derrochas en la descripción de esas sensaciones que produce el atardecer en tu protagonista. Me ha gustado mucho y he disfrutado del relato de principio a fin.
Besos Maripaz

lurdes dijo...

La primavera es preciosa, los campos se cubren con esas alfombra de esas sencillas margaritas, y están preciosos. Un saludo

Conxita C. dijo...

Muy sensible texto, ese "no pisar los sueños recién estrenados de unas sencillas margaritas que acaban de nacer" me ha parecido muy dulce.
Y aún recojo otra de las frases que dices que me ha parecido de una extrema sensibilidad "comprobar en su rostro la desolación que causan los juicios temerarios", qué injustos esos comentarios que se hacen y que tanto daño causan.
Bonitas palabras.
Feliz domingo

Mi nombre es Mucha dijo...

Tu paz
la forma de alegria
con que que ves tus momentos
las fotos de instantes únicos de tu alma
eres poeta

Mari-Pi-R dijo...

Se encuentra una tranquilidad en tu texto y lo imaginario de un paseo dejándose llevar por los encuentros en el camino.
Un abrazo.

MoniRevuelta dijo...

Maravillosas palabras acompañadas de no menos maravillosas fotos Maripaz; me encanta el petirrojo .)
Un beso

Pedro Luso de Carvalho dijo...

Maripaz,
Li com a atenção que merece este belo conto (será crônica poética?). Escrito com a delicadeza de quem conhece o que se esconde no coração das pessoas. Muito bom. Parabéns.
Abraços.

Laura. M dijo...

Paz y mucha belleza en tus palabras y fotos Maripaz. Llega la primavera de nuevo regalanco color y luz .
Besos.

Holden dijo...

El paisaje que describes es, desde luego, precioso. Yo también cuidaría de no pisar los sueños de las margaritas que recién brotaron, hay que tener cuidado con esos detalles.

Marisol dijo...

Buenos días!!!Precioso y delicado el contenido de este texto. Lleno de colorido,canto y vida.
Colorido, por la primavera y la preciosa fotografia. Canto, por el pajarillo que estaba en el lugar y momento oportuno,y Vida por el agua transparente que fluye como dices tú, libremente.
La Primavera, que cuando aparece es como si todo ser vivo volviera nuevamente a renacer con la ilusión de la primera vez,a pesar de los susurros indiscretos..
Un abrazo.

Ángeles dijo...

Maripaz, precioso texto lleno de ternura y esperanzas, escrito con un lirismo que anega el alma y de llena de sentimientos.

El no dejar huellas sobre las margaritas recien nacidas, y el pájaro que trina, añaden vida a tu poema.

Mi abrazo con cariño.
Ángeles

Ana Mª Ferrin dijo...

El pájaro aireó su trino ebrio de versos y acordes, agitando las alas, “No es tarde para amar la luna y el mar…”, decía…
Abrazos

Tesa Medina dijo...

Preciosas fotos, Maripaz, tienes buen ojo. Sabes mirar.

Me he sentido identificada con este paseo, claro que me tengo que conformar con el parque del Retiro, pero si hay hierba mullida, y florecillas, y muchos pájaros y rumor de agua, aunque sea arremansada.

Nunca me fío de los juicios de los demás, me gusta conocer a las personas, aceptarlas o no, pero no juzgarlas.

Muchas personas que parecen distantes y frías son sólo tímidas, si les sonríes, te dejan entrar.

Dejemos a los pensamientos que vuelen libres, sin prejuicios y vivamos con menos indiferencia hacia los otros y más sentimiento.

Muchos besos