8 de junio de 2017

NUBARRONES


Amenazaba tormenta y negros nubarrones cubrían el horizonte. Por unos instantes le pareció que aquel cielo oscuro y amenazante se la iba a tragar y llevarla en volandas lejos, muy lejos...
Era una sensación muy peculiar la que iba experimentado mientras apuraba el paso e intentaba llegar a un portal donde guarecerse en caso de que hiciera aparición la lluvia.
Le daba la sensación de que su pasado en forma de negra nube le perseguía por las calles como algo maldito. En su huida, tropezaba con las gentes, aunque al mismo tiempo intentaba esquivarlas por miedo a encontrase con alguien que supiera su secreto.
Llevaba un bolso en bandolera y un sombrero azul pastel.
Al doblar una esquina casi pierde el equilibrio dando con sus huesos en el duro suelo, pero al final una fuerza misteriosa la mantuvo en pie.
Le pareció escuchar una voz amiga que la llamaba, pero no se atrevió a mirar atrás por si era fruto de su imaginación y perdía tiempo.
Su respiración se iba haciendo cada vez más angustiosa mientras pensaba que era presa de un ataque de pánico. Su pelo alborotado le impedía ver mientras que sus piernas se negaban a seguir dando pasos. Intentó gritar con todas sus fuerzas, pero no le salia la voz del cuerpo.
Corrió y corrió lejos sin saber donde iba.
Le parecía que tenía que salvarse por ella misma en ese momento. Después ya buscaría ayuda.
Alguien le había hablado de supervivencia, de la primera reacción frente al peligro. Unos reaccionaban huyendo, otros haciéndole frente. Ella se debatía entre las dos opciones. Es algo primario que cada cual vive a su manera.
Por un instante levantó sus ojos al cielo y pudo ver de nuevo aquellos nubarrones negros que parecían tener ojos y boca que la llamaban por su nombre.
Hizo oídos sordos y continuó corriendo sin pararse ante nada.
Era como si huyera de si misma.
De repente, unos fuertes brazos la sujetaron con fuerza mientras ella luchaba por desasirse de ellos dando un enorme grito por fin .
A un lado de la cama estaba su marido acariciándola.
Todo había sido un mal sueño.


14 comentarios:

llorenç Gimenez dijo...

Hola Maripaz.. Vaya relato, y estaba deseoso de saber como acababa, pero mira acaba con un buen despertar, y al final es que los sueños, sueños son, pero aveces mas que sueños, parecen vivencias reales..
Un abrazo..

llorenç Gimenez dijo...

Maripaz.. El nombre de "Laika" te refieres a la perra espacial soviética que se convirtió en el primer ser vivo terrestre en entrar en órbita la Tierra.
Ya sabes que soy curiosillo..jeje. Abrazos.

Maripaz dijo...

Jajaja, Llorenc, el nombre de Laika efectivamente es por la perra que enviaron a la luna. Le puse el nombre al blog, porque cuando lo estrené tenia una perrita que se llamaba así.
¿Satisfecha tu curiosidad?
Gracias querido amigo por estar siempre ahí y ser el primero en comentar.
Un abrazo.

Ambar dijo...

Toda una pesadilla, menos mal que le esperaba un premio al despertar.
Besos

Susana dijo...

Muy bien retransmitido. Un beso.

Mari-Pi-R dijo...

Un mal sueño y un buen despertar con una mano de cariño.
Un abrazo.

Holden dijo...

Malos sueños los tenemos todos. Ahora, eso sí: no todos tenemos la suerte de despertar con un brazo que nos consuele, ¡menuda suerte!

MoniRevuelta dijo...

Los malos sueños también limpian la mente, parecen tan reales, verdad'...pero no lo son, afortunadamente, llega la mañana:)
Un besazo Maripaz, precioso relato!

Carmela dijo...

A veces huimos de nosotros mismos hasta que alguien nos ayuda a detenernos y nos hace ver que no necesitamos hacerlo.
Un hermoso relato Maripaz.
Un abrazo grande.

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Estupendo relato!!! un beso inmenso

Ernesto. dijo...

¿Quién está libre de ellos?...

Pero como sostiene la sabiduría popular: "siempre que llueve escampa".

El relato en sí "terrorífico"... :))))

Abrazos, Maripaz.

Conxita Casamitjana dijo...

Uy que mal se pasa con estas pesadillas, menos mal que se despertó.
Un beso

miniaturista dijo...

Un mal rato, la vida está llena de tormentas, pero siempre sale el sol, por suerte tenía a su lado alguien que le dió un buen despertar.
Bonita historia y bien relatada como es tu estilo habitual, me rechiflan tus relatos.
Un abrazo
Maite

ELOY GONZÁLEZ CORRO dijo...

Es un buen sueño por qué termina bien, y las cosas no son como empiezan. La vida va fortaleciendo el carácter y el espíritu, la madurez aporta la felicidad plena como premio a la perseverancia.