29 de junio de 2024

VESTIDO DE VERANO

 


Ya tengo vestido nuevo  para el verano.

De colores alegres, llenos de luz y vida.

Algo semejante a mi carácter.

Eso si, largo, muy largo...

Yo, que soy un taponcillo...

Deambulaba yo, calurosa y atrevida, mientras mi figura se reflejaba en escaparates y espejos varios.

Me veía tan mayor, tan ajada, sin apenas fuerzas, y con ronchas por los brazos que las mosquitas o mosquitos se han encargado de dejarme marcada como si fuera posesión de ellos.

A mi lado, gente joven, guapa, llena de vida, pletórica de belleza se iban cruzando conmigo.

No cabe duda de que mi estado anímico no era el ideal.

Y decidí volver a ver un vestido que había visto el día anterior y no me decidí a llevar.

Apenas había nadie en la tienda.

Me costaba bastante tener que cambiarme para verme puesto de nuevo el vestido que había dejado en la percha.



Y de repente, se hizo la luz en mi cuerpo marchito.

Me vi favorecida, juvenil, atractiva y hasta guapa.

Parecía que un arco iris de colores me había transformado.

Era otra.

No me acordaba de mis manchas, mis kilos de más, mi flacidez, mi cansancio, mis ronchas mosquiteras.

Era la luz y el color de la vida que se había adueñado de mi espíritu.

Salí del probador y di unos saltitos, bajo la mirada atónita de la dueña de la tienda.

Y hasta me atreví a dar unos pasos de baile.

Volvía de nuevo a bailar a la vida como siempre.

Y es que a veces, parece ocultarse el sol interior, aunque por fuera queme.

Hasta que un pequeño detalle, como el del vestido, una llamada inesperada, un encuentro fortuito, un recuerdo...hace de nuevo volver a ver la luz.

Y de nuevo, con la luz, uno emprende el camino y agradece seguir viva.

20 de junio de 2024

LAS LETRAS


 Me han abandonado las letras.

Estoy en dique seco.

Una enorme pereza me invade y se me pasan las horas volando sin apenas hace algo de valor.

Bueno, estoy leyendo un libro y eso ya es un logro muy interesante.

Os tengo, amigos blogueros, abandonados.  Hace tiempo que no os visito, ni comento, ni interactúo con vosotros.

Con la llegada del buen tiempo, y aunque es muy variable la temperatura, apenas paro en casa.

La luz y la vida me llaman a salir a la calle insistentemente.

Con la lluvia que ha caído estos días, está el campo precioso.

Ayer, un atrevido girasol ha tenido la osadía de abrirse a la vida antes que ningún otro.

Era bellísimo y hasta creí verle sonreír cuando me acerqué a robarle una instantánea. 

¡Bienvenido a  la vida! (le dije bajito)

Y hasta me atreví a acariciarle.

El mundo es de los valientes que arriesgan, que no ponen freno a sus ilusiones, que sueñan, que aman, que lloran...

Después, me alejé cantando a la vida.

Y al llegar a casa, mis pies, comenzaron un romántico baile, sentido, de corazón abierto de par en par, bailando también a la vida.

El hecho de estar viva y con salud, es de agradecer. Por eso canto y bailo a la vida.

Mientras pueda...

Oye, que quizá llegue un día en que sean arrebatados estos dones que poseo.

Por eso, vivo intensamente el hoy y el ahora.

El mañana ya se verá...

¡Vaya, han acudido a mi encuentro las letras!

Estaban adormiladas, perezosas como yo.

Tan solo hay que hacer el esfuerzo de desperezarse y todo llega con fuerza.

P.D. Perdonar, si no os visito a cada uno. Estoy tirando de mis relatos antiguos porque me han abandonado las letras. 

Espero visitaros pronto.

Miles de besos. 




12 de junio de 2024

FACEBOOK

 


Abrir Facebook se parece mucho a estar sentado en la plaza del pueblo cotilleando lo que allí ocurre.

Van desfilando delante de nuestros ojos, personajes más o menos conocidos que captan nuestra atención.

Nuestro espíritu crítico se deja llevar sin más y somos capaces ejercer de "modista" o "modisto" y cortar los más exclusivos modelitos a cada cual.

Es algo propio del ser humano y no estamos exentos de practicarlo.

En la plaza del pueblo.

Mira fulanita y su novio. ¡Menuda pinta!

Menganita ha engordado muchísimo. ¡Con lo guapa que era esa chica!

Zutanito es más creído...

Me han contado que Piluchi sale con Manu y ha dejado a Mateo.

En Facebook sería así.

¡Uy, ya está fulanita con sus fotos y postureo!

Madre mía que pesado este tipo con sus "chapas" sobre política.

¡Ah, o sea, que este es hermano de fulanito y primo de zutanito.

Esta se ha creído que escribe como Dostoyevski, Allan Poe, miguel Delibes. ¡Qué ridícula!

Me parto de risa y siento verguenza ajena al ver a fulanita haciendo tontadas. ¿No le dará apuro? Ya no tiene edad de hacer cosas de críos.

Y así hasta el infinito.

Facebook no deja de ser un escaparate de nuestras miserias y grandezas y la necesidad que tenemos de hacernos oír y ser aceptados por los demás.

En las Redes Sociales tendemos a proyectar lo mejor de nosotros mismos, por lo tanto no es real casi nada de lo que allí plasmamos.

Todos ejercemos en mayor o menor medida, lo que en psicología se llama voyerismo. Observar la vida de los demás.

Esta es una buena herramienta para ello, además, ejercida la mayoría de las veces desde el anonimato.

Tiene además, Facebook una característica que no tiene la plaza del pueblo. Es una ventana abierta al mundo entero, con lo cual uno tiene más posibilidades de  ser visto y escuchado.

Y es muy curioso, porque en la actualidad se habla mucho de falta de comunicación en la vida ordinaria. Entre padres e hijos, marido y mujer, novia y novio, amigo y amiga...

Y sin embargo todos acabamos atrapados en las Redes Sociales como medio de comunicarnos unos con otros.

Quizá porque nos amparamos en el refugio de una pantalla y nos es más fácil salir de nosotros mismos y saltar el parapeto de nuestras inseguridades.

Al observar a los demás a veces nos sentimos identificados. Podemos aprender de su conducta, o su forma de enfocar los problemas o vivir la vida.

En esas experiencias están también nuestras propias emociones y sueños.

Las Redes Sociales nos hacen ver otra cara de nuestra vida. Lo que nos gustaría ser, dejando de lado nuestras frustraciones y miedos.

 En la plaza del pueblo, además de los cotilleos negativos, se alza alguna voz que elogia, que defiende, que disfruta con lo que sus ojos ven.

En las Redes Sociales también hay miradas agradecidas que gozan con lo que observan y son capaces de conmoverse.

Nada es blanco o negro.

Hay infinidad de tonalidades que hay que saber descubrir.

Después de esta "chapa" que os he metido por el cuerpo, deciros, que siempre nos quedará Facebook para reunirnos aunque sea de manera virtual.

Adaptarse o morir.


8 de junio de 2024

VECINAS

 


Subió mi vecina y amiga ha hacerme una visita.

Hacía días que no nos veíamos, aunque si nos sentimos cerca.

La escucho a través de la pared de la cocina trastear entre pucheros.

Ella es una excelente cocinera. 

No así yo, que cocino simplemente para subsistir.

También la escucho, cuando cierra y abre la puerta de la calle, cuando sube y baja en ascensor.

Me traía unas exquisitas rosquillas que le había regalado su hijo.

Charlamos un rato de lo que cada una había hecho en estos últimos días.

Algún familiar suyo ha fallecido y otros han enfermado.

Los años no perdonan.

Teníamos pensado hacer un viaje a Barcelona, al igual que el año pasado hicimos a Valencia, pero no se encuentra con fuerzas debido al calor.

Personalmente tenía mucha ilusión.

Pero no va a poder ser de momento.

Quizá para el final del Verano o principios de Otoño.

El tiempo pasa veloz.

Un mes y otro. Una estación y otra. Una semana y otra, un día y otro...

Se escapa la vida, pero no la ilusión.

Cuando se tiene una edad provecta, el organismo a veces se rebela y no quiere acompañar a vivir intensamente aquello que se ama y nos mantiene vivos.

Es como si te cortasen las alas y te impidieran volar.

Y uno se va replegando poco a poco.

Hasta que despiertas del letargo invernal, y te lanzas a vivir una nueva Primavera.

Hasta que el cuerpo aguante. 

Hasta que el amor por la vida resista.

La muerte acecha por las esquinas intentado cobrarse su presa. 

Por más que una intente esquivarla, ahí sigue con su enorme poder.

Una lucha cuerpo a cuerpo.

Un afán hasta el final de vencer la batalla.

Aún es tiempo de contemplar la belleza.

Todavía quedan días para hacer el bien, antes de que llegue la noche.