9 de diciembre de 2016

LA VENTANA


Aquella mañana necesitó una vez más asomarse a la ventana de su apartamento y mirar al horizonte que se abría ante si lleno de belleza.
Había nevado la noche anterior, y las calles lucían con una maravillosa alfombra blanca. Era una sensación muy peculiar aquella, la de pisar algo inmaculado como era la nieve recién caída. Parecía como si al poner el pie en el suelo se estuviera pisando la inocencia de los más vulnerables que yacían ajenos a la maldad.
A veces, sentía en su interior con tanta furia, las miradas que todo lo enturbiaban a su paso, que se sentía morir por un instante. Por un instante nada más. Porque sabía muy bien como quería vivir y no estaba dispuesta a renunciar a su propia esencia.
De sobra sabía ella que la maldad se oculta muchas veces en la mirada y en el deseo, junto con la envidia y los malos pensamientos.
Su interior era como el de un pequeño niño: transparente, limpio, libre de prejuicios que le daba un atractivo especial. Era como un don que le había regalado la vida, o la naturaleza, o ese ser superior que algunos llaman Dios.
Poseía un talento medio, pero muy bien aprovechado. El necesario para saber disfrutar de lo realmente importante. Sabía, que muchas veces, la máxima sabiduría, te puede llenar de una soberbia capaz de anular tu parte más humana y volverte inaccesible para los demás.
Necesitaba el contacto con los otros. Experimentar el amor y la amistad en su grado de plenitud, porque estaba siempre dispuesta a entregar y entregarse.
Siempre apostaba sin miedo, porque tenía la esperanza de ganar. Y aunque unas veces, perdía, seguía apostando en la ruleta de la vida sin cansarse.
Aquella ventana del piso tercero, era siempre su salvación, porque podía ver la vida y los acontecimientos con la perspectiva de la altura.
Cuando se sentía morir por un instante, tenía una necesidad imperiosa de mirar al infinito donde podía contar con otra dimensión.
Toda su rabia se evaporaba de repente, porque a fin de cuentas ella también poseía la condición humana y todo lo que ello comporta.  Desde aquella ventana, podía comprender y dar la mano a todo aquel que estuviera dispuesto a tomar la suya.

P,D. Esta preciosa fotografía es de mi amigo, Carlos, que ha tenido la generosidad de regalármela. Quería que la vierais, por eso escribí este relato altas horas de la madrugada que han acudido las musas a mi encuentro.


17 comentarios:

Carmela dijo...

Es una fotografía muy bonita Maripaz y realmente produce esa sensación de paz y conjunción con la belleza de la naturaleza. Comprendo bien tu relato, la sensación que produce "asomarse" a la belleza, a la naturalidad, la inocencia de un paisaje que te devuelve la fe y la esperanza en algo mas superior que las vilezas cotidianas. A mí me produce esa sensación mirar al mar. Cada uno, al igual que la habitación propia, debería tener una ventana propia, que le produjera la sensación que abraza a tu protagonista.

Un fuerte abrazo.

diego dijo...

Cuántos ególatras necesitarían una ventana en un tercer piso para contemplar la vida desde fuera de sí mismos, como le ocurre a la protagonista de tu relato... Un beso, Maripaz.

Ernesto. dijo...

Un precioso relato, Maripaz, cargado de dulzura, belleza y sabiduría natural...

No podría negarse que las musas han ando finas una vez más!

Un abrazo.

PD: La fotografía me recuerda un ambiente familiar, conocido.

miniaturista dijo...

Esas musas son un encanto... a altas horas de la madrugada no se porque estamos más propensos a escribir de manera celestial y tu lo haces como un verdadero ángel.
No sabes como disfruto con tus relatos.
La fotografía y el relato hacen una pareja perfecta.
Mirandola he podido vivir esa hisoria, he pisado la nieve... ha sido estupendo.
Gracias de nuevo Mari Paz.
Un abrazo
Maite

Sara O. Durán dijo...

Me deja reflexionando, en especial la frase de la sabiduría. Estoy buscando la perspectiva o circunstancia, en la que pudiera darse así, para entenderlo.
Una imagen espléndida, a la altura de tan magníficas letras y viceversa.
Fuerte abrazo.

El tejón dijo...

Esa preciosa foto necesitaba un precioso relato como el tuyo.
Un abrazo.

Mari-Pi-R dijo...

La nieve cuando es mojada es espesa y bonita hasta que no se pisa, es como inmaculada y deja ir la inspiración como te ha sucedido a ti.
Un feliz fin de semana.

Ana Mª Ferrin dijo...

Me gusta esa frase: "Tenía un talento medio pero bien aprovechado".

Quizás lo que nos está diciendo, es que de haber tenido más posibilidades esa persona podría haber hecho muchas más cosas, porque el carácter lo es todo. Besos

Conxita C. dijo...

Bonita fotografía y buena inspiración la que te llegó.
Excelente esa visión de la nieve, inmaculada, limpia, sin pisar, silenciosa y esa ventana desde la que uno puede alejarse y mirar bien, la naturaleza tiene tanta belleza y si se sabe mirar enseña tanto.
Un beso

Recomenzar dijo...

Una maravilla leerte
Me dejas nadando entre tus palabras que me hacen sentir lo que vos nos haces sentir
Tu arte

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Deliciso mi querida amiga, es un paraíso venirte a leer.

Tesa Medina dijo...

La foto es preciosa como dices, Maripaz. Esa "carnalidad" que tiene la farola y la nieve sin pisar enamora, y después de asomarnos a la ventana, como la protagonista, sentimos todo esa transparencia de su ser, su sentimiento y la magia de cómo mira la vida y cómo la vive.

Siento de verdad que en ese hermoso relato las musas y la autora se confabularon metiendo en el conjuro realidad y ficción y una gotas de nocturnidad serena. Así lo percibo.

Todos deberíamos tener una ventana abierta en algún lugar para que respire el alma.

Muchos besos,

MoniRevuelta dijo...

Me encanta el relato Maripaz, olé tus musas en la madrugada!! Es cierto que hay ventanas que representan y tienen un papel fundamental en las vidas ...
La foto es una maravilla, con lo que me gusta la nieve...y esa perspectiva!
Un besazo enorme

TORO SALVAJE dijo...

Esa ventana es mágica.
A través de ella llega la paz del espíritu.

Besos.

Muy bonita foto también.

Ambar dijo...

Difícil poder observar la vida con la perspectiva de la altura. Un precioso relato Maripaz.

Pedro Luso de Carvalho dijo...

Olá, MariPaz!
Mais uma bela narativa, com essa personagem que tentava a sorte no jogo, e que sempre buscava socorro na janela (ventana) do terceiro andar, onde sentia a paz e liberdade (“Aquella ventana del piso tercero, era siempre su salvación, porque podía ver la vida y los acontecimientos con la perspectiva de la altura.”). Um belo conto, minha amiga. Parabéns.
Abraços.
Pedro.

Manuel dijo...

Pues bendita la hora en que Carlos te regaló la foto, porque querida amiga, lo has bordado.
Feliz Navidad para ti y tu familia.
Un beso.