28 de febrero de 2009

BAR LA ASTURIANA

Ha muerto Meri.

Hace apenas un par de días deambulaba por un viejo barrio del pueblo. Me gusta recorrer los rincones que dejaron huella en mi infancia y saborear los recuerdos.

Al pasar cerca de este viejo bar quise hacer una foto. Le pedí permiso a la dueña  que estaba en la puerta, y me comentó que con lo fea que estaba la fachada no me iba a quedar muy bonita.



No me importaba el deterioro externo, yo quería con la imaginación vivir de nuevo aquellas tardes de mi infancia vestida de domingo al lado de mis padres y hermanos.








Tenían un encanto especial aquellos ratos saboreando un bacalao rebozado en su punto, o unos exquisitos callos alrededor de una mesa .Fuera, si era invierno, el frío invitaba a calentarte en una vieja estufa de carbón  que desprendía un calorcillo estupendo.

Luego, recorríamos distintos bares que había por la zona .Todavía recuerdo unas cortezas que vendían en paquetes de papel de estraza  y que al comerlas, crujían fuertemente ...

Muchas veces mis manos infantiles buscaban  el calor de las de mi padre .

Las tardes de domingo de entonces eran únicas. Saboreaba con los seres queridos esos momentos que siempre me acompañan  aunque ya mis padres no estén con nosotros.

Compartí con Meri un rato de conversación, una mujer de ochenta y seis años lúcida y amable que me dejó fotografiar su bar por dentro y me habló de mi padre largo rato.

Esta mañana, leía su esquela, y hoy, quería rendirle  mi pequeño homenaje.
 ¡ Gracias Meri !
Posted by Picasa

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Da tristeza ver como desaparecen las personas y si además es en tan breve plazo hace mas impresión. Con tu foto, le haces un buen homenaje. Besos.
Olalla.

AlbertoEstévez dijo...

Hace poco puesieron en mi pueblo un moderno y minimalista bar, la comidilla en todos los mentideros de la villa, que se puso de moda rápidamente entre sus habitantes, despreciando así al que toda la vida habían ido. Yo sigo yendo al mismo, donde los mismos parroquianos me repiten siempre lo bien que cantaba copla mi bisabuelo y donde me puedo sentar en taburetes cojos y entre chatos, botellines, aperitivos y carteles taurinos puedo ver la estufa a la cual me pegaba mientras veía a mi abuelo lanzar órdagos por doquier...


Un abrazo.

Alberto.

Maripaz dijo...

Olalla, es verdad que la muerte, a pesar de formar parte de la vida, siempre nos impresiona

Por eso, porque hacia apenas unos dias, habia hablado con ella, he querido rendirle un pequeño homenaje

Maripaz dijo...

Alberto, me encanta que te guste disfrutar del bar , donde cantaba copla, tu bisabuelo ... estos bares, tienen un encanto especial y estan llenos de vivencias entrañables

Un beso

J. Javier Terán dijo...

Qué curioso, Mª Paz, encontrarme con esta entrada en tu Blog. Meri era mi tía y más de una vez estuve en su bar, claro. Además, estuve en su funeral. Una gran tía.
Me ha hecho ilusión ver tu entrada. Un abrazo.